Hay un momento en la vida en el que te das cuenta de la esencia de este mundo. Aquellas cosas en las que alguna vez creímos firmemente, esos objetivos por los que luchamos, pueden ser solo una hermosa ilusión. Pasamos gran parte de nuestra vida persiguiendo el éxito y la felicidad definidos por la sociedad, pero ignoramos lo que realmente es importante. Esta epifanía puede llegar de repente o puede ser el resultado de una acumulación a largo plazo. Nos hace reflexionar: ¿hemos tomado demasiado en serio algunas cosas que realmente no lo merecen? ¿Hemos pasado por alto los elementos verdaderamente valiosos de la vida? Esta conciencia, aunque puede ser inquietante, también nos brinda la oportunidad de redefinir el significado de la vida. Quizás, la verdadera sabiduría no radica en seguir ciegamente, sino en tener el valor de cuestionar, en encontrar nuestra propia verdad.