Discusión sobre los teóricos de la probabilidad:

" ¿Qué tipo de persona es un teórico de la probabilidad, Just Invert, y qué tipo de persona no es un teórico de la probabilidad:

Al pasar por la tienda de lotería, uno puede preguntarse sobre las personas que compran boletos: ¿cómo pueden estar tan seguros de que serán los afortunados, sabiendo que "cada vez que compran un boleto, una gran parte del dinero va a parar a la entidad que gestiona la lotería"?

Las personas que compran y venden acciones o fondos cotizados a corto plazo: en general, el mercado de acciones a corto plazo es un juego de suma cero en el que tú ganas y yo pierdo; descontando las comisiones de gestión del fondo y los impuestos sobre las ganancias de capital, cada uno, en términos de probabilidad, es un perdedor.

Aquellos que pasan semáforos en rojo, aquellos que no llevan casco en áreas de trabajo peligrosas, aquellos que no se abrochan el cinturón de seguridad al conducir.

¿Es porque no entienden la probabilidad, o porque entienden pero creen que su inteligencia puede cubrir las pérdidas probabilísticas, o es simplemente una psicología de suerte?

Esta es la primera categoría de no probabilistas, que no entienden o que entienden la probabilidad pero apuestan a que su suerte será mejor. Aunque existen ampliamente, la mayoría de las personas con un conocimiento básico o aquellas que han recibido educación matemática básica pueden evitar cometer el error mencionado anteriormente.

El segundo tipo de no probabilista es más encubierto y extremo: aquellos exitosos satisfechos creen que su éxito se debe a su propia habilidad, y no a la buena suerte que les ha brindado la historia y el entorno, y no solo ellos lo piensan, también lo cree el público en general.

Las consecuencias de que los exitosos se crean superiores son la arrogancia y la jactancia, como si supieran todo, creyendo que no solo pueden hacer bien lo que están haciendo ahora, sino que también pueden hacer muchas otras cosas, hasta que la realidad les dice que hay alguien más fuerte que ellos (en realidad, tiene más suerte). La creencia general de que los exitosos lo son debido a sus habilidades y no a la suerte lleva a una simplificación de las leyes del éxito, aprendiendo y rindiendo culto ciegamente a los exitosos, desperdiciando una gran cantidad de tiempo y esfuerzo en imitar a otros sin resultados, lo que finalmente causa un gran desperdicio para toda la sociedad: cada vez que estalla una burbuja económica, hay una sombra de aprendizaje ciego.

El segundo tipo de probabilista confunde la buena suerte (eventos de baja probabilidad no sostenibles) con la habilidad (eventos inevitables que pueden mantenerse), obteniendo las leyes de los fenómenos a través de una simple inducción sin una profunda síntesis deductiva, ignorando las leyes de la probabilidad y siendo finalmente castigado por ellas.

La tercera categoría de no probabilistas son aquellas personas que trabajan arduamente y con dedicación, quienes invierten su tiempo y energía de manera equitativa o según sea necesario en cada una de las cosas que les llegan, sin querer decepcionar a otros o a sí mismos. A veces, debido a su energía desbordante o envidia hacia sus amigos, buscan la excelencia en muchos aspectos. Debido a su pensamiento y comportamiento igualitarios, a menudo terminan perteneciendo a las personas más comunes y corrientes de la sociedad, aunque algunos de ellos, por su talento natural, podrían no ser tan mediocres.

Son buenas personas en el sentido tradicional, lo cual no tiene nada de malo, pero hay otro tipo de personas que son más dignas de admiración: son especialmente pacientes, casi perezosos, hasta el punto de que a menudo son bastante indiferentes en muchas cosas; son especialmente enfocados, casi fanáticos, lo que a menudo hace que sus amigos los encuentren muy aburridos; a menudo piensan en el presente con una perspectiva histórica y futura en lugar de creer que las tendencias actuales continuarán para siempre; a menudo hacen lo contrario de las tendencias, cuando todos persiguen, ellos renuncian, y lo que todos desprecian ellos lo consideran un tesoro; solo invierten su casi toda energía en lo más importante en el momento más crucial, luego acumulan y esperan hasta que llegue la próxima oportunidad.

Los anteriores son tres tipos de no probabilistas, mientras que el verdadero probabilista es exactamente lo contrario: Contar, no jugar; tener respeto por la probabilidad, en lugar de tener fe en la fuerza; esperar oportunidades significativas y apostar fuertemente cuando la oportunidad llega, en lugar de invertir uniformemente en cualquier oportunidad.

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